LEVÍTICAS CIUDADES de la España. Llamas rampantes devorando escudos. Campos de tierra por donde pasó la trepidación de la Historia, el estruendo de los héroes, dejando un reguero de silencio que todavía dura. Ríos grandes de paso sosegado, pinares como pagodas de lo verde, todo un clima de tiempo y de nitrato. Plazas grandes, poblachones, una gracia herreriana y militar en la alta piedra, la sombra gótica de algunas torres, un siglo XVIII que nunca existió, los colegios barrocos y las gárgolas, el sol, como un hidalgo, paseando los viejos claustros. Una guerra civil de vez en cuando.